Autor: Krishna Alan Wiuker
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Existen diversas posiciones filosóficas y diferentes
formas de entender y aplicar la astrología.
La relación que existe entre la posición de
los planetas en el momento del nacimiento con importantes
eventos en la vida de una persona, así como importantes
tendencias de su personalidad, son comprobables por cualquier
persona que estudie la ciencia de la astrología con
suficiente profundidad y con buenas fuentes y maestros.
La gente que niega la astrología como un hecho científico,
son personas que no la han estudiado con suficiente profundidad
y basan su afirmación en un mero prejuicio.
También la superficialidad de muchos “astrólogos”
y personas que han mal utilizado la astrología, han
llevado frecuentemente a un desprestigio de esta ciencia
en un ambiente científico y racional.
Basta con leer los horóscopos en periódicos,
revistas de entretenimiento y televisión, para que
toda persona con un mínimo de inteligencia y discernimiento
sienta un genuino rechazo por la astrología, a menos
que se encuentre con un astrólogo debidamente cualificado,
con suficiente inteligencia y estudio científico
del tema, y mas importante aun, con un suficiente desarrollo
espiritual para comprender las leyes cósmicas del
Alma, la mente, el karma, el propósito y meta de
la vida, y que haga la carta natal en forma individual,
teniendo en cuenta la hora y lugar de nacimiento, y la posición
de los 9 principales planetas, y no meramente el signo solar.
También quienes creen que la astrología es
opuesta a la religión o crecimiento espiritual cometen
un gran error, ya que estudiando los orígenes de
todas las grandes religiones de la humanidad encontramos
que la práctica de la astrología, estuvo siempre
presente en todas las formas antiguas de sacerdocio, incluidos
el judaísmo y cristianismo.
Sin embargo, la astrología “moderna”
u occidental, en general divorciada de las prácticas
espirituales, pierde su verdadero sentido y objetivo.
Pero aun entre los estudiosos “serios” de la
astrología existen grandes diferencias filosóficas
en la forma de su uso y aplicación.
¿Que es lo que vemos en una carta natal?
¿De que me puede servir esa información en
mi vida diaria?
¿De que forma me puede ayudar espiritualmente?
Es aquí donde la astrología Védica
tiene una visión sumamente profunda y particular
del tema, enfocada especialmente hacia el desarrollo espiritual.
La astrología Védica fue desarrollada por
los antiguos Yogis, llamados “Rishis” que significa:
“videntes”, “sabios” o “iluminados”.
Con el advenimiento del “Kali yoga” o “era
de hierro” el nivel de comprensión del ser
humano de las leyes divinas disminuyó drásticamente,
y la astrología fue gradualmente siendo utilizada
para propósitos mas superficiales y banales, aun
en la India popular, donde muchas veces la superstición
prima sobre el discernimiento, y la fe ciega puede ser tan
perjudicial como el escepticismo.
La carta natal es un indicador del Karma que la persona
trae a esta vida, de sus vidas previas, y como y en que
áreas ese karma va a afectar en esta vida.
Todos nacemos en este plano terrenal con el propósito
de continuar el aprendizaje hacia la iluminación,
la felicidad total, la realización de Dios.
Este es un proceso que requiere de muchas vidas o encarnaciones.
Cada persona se encuentra en un nivel diferente de aprendizaje
y debe pasar por diferentes lecciones y experiencias en
esta vida. Para cada uno, estas lecciones son diferentes,
si bien la meta es la misma.
Los planetas que están en ubicaciones llamadas astrológicamente
“favorables” o “auspiciosas” indican
áreas en las cuales la persona ya ha avanzado en
vidas previas, ya ha adquirido conocimientos. Son las buenas
acciones realizadas en el pasado, las cuales se manifiestan
como “buena suerte” en esta vida, el buen karma
que regresa hacia uno en forma de buenas oportunidades,
protección, bienestar, placeres, honores, prosperidad,
etc.
Sin embargo estas situaciones tienen un principio y un fin,
no duran eternamente, y solo si estas oportunidades y prosperidad
se utilizan sabiamente continuarán creando un progreso
en el futuro.
Por ejemplo, si una persona gana la lotería, tiene
la opción de dedicarse a gastarla en disfrutes materiales
y fiestas, hasta que un día se le acaba, o puede
utilizarla para ayudar a otras personas y para formarse
y aprender mas espiritualmente, lo cual atraerá nuevamente
suerte en el futuro.
Los planetas ubicados en posiciones astrológicamente
“adversas” o en estado de “aflicción”
nos muestran las áreas en las cuales la persona todavía
tiene que aprender importantes lecciones y madurar.
Indican energías que la persona todavía no
ha aprendido a usar correctamente o que ha mal utilizado
en el pasado, generando un karma adverso, que se manifiesta
en esta vida en forma de experiencias dolorosas o difíciles.
Esas dificultades son sin embargo, beneficiosas para el
progreso y aprendizaje espiritual. Sin esos sufrimientos
no habría motivación de continuar aprendiendo.
Cuando todo marcha bien en la vida, el ser humano se suele
apegar al disfrute de lo agradable, pensando que eso durará
por siempre, mientras que cuando los sufrimientos aparecen
en la vida, suelen ser los despertadores del Alma y la sed
por encontrar la paz interior y la realización de
Dios.
Muchas veces las pérdidas y dificultades de la vida
son “bendiciones disfrazadas” ya que despiertan
la conciencia de que todo es pasajero, efímero y
nos recuerdan que estamos aquí “de paso”
y para aprender algo que aun nos falta.
La labor del astrólogo en la lectura de la carta
natal:
Es la labor del astrólogo explicar cuales son estas
áreas de dificultad en la vida, para ayudar a la
persona a aprender la lección necesaria y cambiar
su situación.
La astrología Védica no es fatalista y enfatiza
que uno es el creador de su propio destino, a través
del pensamiento y su control.
En lo que uno piensa, en eso uno se convierte.
La situación presente no es sino la concretización
de los pensamientos pasados, y el futuro es creado por nuestros
pensamientos presentes.
La carta natal nos muestra la estructura mental que traemos
del pasado a esta vida y que efectos esto nos produce. Una
vez comprendida y reconocida esta estructura mental, uno
puede esforzarse en cambiarla, mediante una autodisciplina
del pensamiento. Eso es llamado Yoga.
Esto es un punto fundamental y que muchas veces es ignorado
por algunos astrólogos.
Es cierto, sin embargo, que esas estructuras mentales son
difíciles de cambiar, y en general uno debe experimentar
innumerables sufrimientos hasta que se entiende cuales son
los pensamientos y hábitos que causan estos sufrimientos,
la “ignorancia” espiritual y como uno puede
cambiarlo.
Astrología y filosofía Vedanta
La Filosofía Vedanta enseña que nuestra verdadera
identidad es el “Atman” o el “Ser”
o Alma.
El cuerpo y la mente son solo vehículos temporarios
y cambiantes, mientras que el Ser o Atman es la única
realidad permanente.
Su enseñanza es que la causa de todo el sufrimiento
es la ignorancia de la propia naturaleza y la identificación
errónea con el ego, la mente y el cuerpo.
Toda la experiencia de dualidad, sufrimiento y separación
entre el individuo y la felicidad, el todo, Dios o Brahman,
es debido a una ilusión creada por la propia mente
en el estado de ignorancia.
Somos ya la felicidad perfecta, declaran los Upanishads.
Somos el Alma o “Atman”, el Ser inmortal, uno
con Dios, infinito y luminoso, sin embargo la ilusión
e ignorancia nos hace identificarnos con el cuerpo y con
los pensamientos, los que crean una personalidad o ego,
que erróneamente identificamos como el yo. Esta ilusión
es llamada “Maya”, y es muy difícil de
superar.
Cuando vemos una carta natal, estamos viendo la “Maya”
o ilusión del individuo.
La carta natal describe el “campo” donde el
individuo pasa su proceso de evolución.
Así como un actor que se olvida que es un actor y
se identifica con el personaje representado, de similar
manera el Alma al estar en contacto con el mundo material
olvida su verdadera naturaleza y se identifica con un cuerpo
y situación terrenal y asume esa experiencia como
la “realidad” lo que genera inmediatamente una
experiencia de falta de felicidad y realización interior.
Otra forma de explicarlo, la carta natal describe como una
película de cine, que la mente crea. Los planetas
favorables crean una película “placentera”
mientras que los planetas desfavorables crean una película
desagradable y tensa.
Ambas sin embargo, son una ilusión creada por la
propia mente. En realidad uno es un espectador observando
un juego de luces y sombras proyectadas sobre una pantalla.
La ilusión creada por la película se desvanece
si alguien enciende las luces del cine.
La película solo puede existir en la oscuridad del
cine.
De manera similar, los resultados favorables o desfavorables
de la carta natal son ilusorios. En realidad solo existe
el Alma experimentando temporalmente una realidad material
mas agradable o desagradable, pero igualmente ilusoria.
La carta natal nos muestra eso. Nos muestra el estado de
nuestra mente y la percepción y experiencia que tenemos
del mundo ilusorio creado por ella.
Los planetas son llamados “Grahas” que significa:
“que agarran”. Son quienes agarran a la mente
a la Maya o ilusión. Son los “carceleros”
del individuo no iluminado.
En el estado de Meditación o realización del
Ser, cuando se conoce y trasciende la propia mente, no existen
planetas favorables ni desfavorables, no existe el bien
ni el mal, ni placer ni dolor, solo existe la realidad,
la Felicidad, Dios, todo es perfecto.
Esto solo puede comprenderse mediante la propia experiencia
directa del estado meditativo.
Cuando la mente se detiene, es como si se encendieran las
luces del cine, la película desaparece, pero lo que
queda es la dicha y felicidad.
“Jyotish” significa: conocimiento de la luz.
El Atman o Alma, no es afectado por los planetas, no es
quien experimente el karma.
La paz y la luz están siempre en el Ser, así
como el sol esta siempre detrás de las nubes.
Entender esto trae inmediatamente la paz, aun en medio de
las dificultades de la vida.
El verdadero sabio o Yogui, se mueve en las experiencias
del mundo sin apego ni rechazo, sin temor, recordando constantemente
su verdadera identidad espiritual, lo efímero de
la realidad física y lo ilusorio de la realidad mental.
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