Los planetas y la mente. Como funciona
la astrologia
Autor:
Krishna Alan Wiuker
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Cuando observamos el cielo, los planetas
y las estrellas, las percibimos normalmente como objetos que
están muy lejos y separados de nosotros mismos. Los
percibimos como entidades independientes, separadas y externas
a uno.
Sin embargo, de acuerdo a las enseñanzas
Védicas y de los antiguos yoguis o Rishis, en realidad
no existe una separación o dualidad entre el universo
interior y el exterior.
Tal aseveración no está basada en una mera especulación
filosófica o intelectual, sino en una experiencia directa,
mediante un estado de consciencia superior conocido como Samadhi.
En este estado, los objetos varios son percibidos como realmente
son, en vez de ser teñidos, velados o confundidos por
la mente en el estado ordinario de dispersión e impureza.
Estos yoguis y astrólogos védicos
explican que en realidad no existe tal separación entre
la mente de cada uno y los objetos que uno percibe como externos,
sino que todo lo que percibimos como externo, es en realidad
una proyección de la propia mente. Es la mente la que
crea las formas externas y las ubica en una posición
en el espacio y tiempo.
Es la mente la que crea el tiempo y el
espacio. Estos no existen por sí mismos, sino que son
una función de la mente. La mente funciona en estos
parámetros, tiempo y espacio. Si sacas esos parámetros
la mente no puede funcionar. Y si detienes la mente, deja
de existir el espacio y el tiempo. Esto no puede entenderse
meramente en forma intelectual, ya que el propio intelecto
no puede entender algo fuera del espacio-tiempo.
Es por eso que solo durante el estado
llamado Samadhi o perfecta meditación se puede realmente
comprender la verdadera naturaleza de las cosas, incluida
la naturaleza de la propia mente. Samadhi es un estado de
consciencia muy especial, donde se logra la continua y sostenida
concentración y silenciamiento de toda agitación
de la mente.
Así como cuando uno despierta de un sueño tiene
el entendimiento de que los objetos percibidos en el sueño
eran una creación o proyección de la mente,
de la misma manera cuando se “despierta” del estado
de vigilia a un estado aun superior de consciencia, el estado
de Samadhi, los objetos y experiencias tenidos en el estado
de vigilia son reconocidos como una mera creación de
la mente. En realidad para el yogui tanto el mundo de los
sueños como el mundo material que percibimos en el
estado de vigilia son igualmente de irreales y creaciones
o “superimposiciones” de la mente.
Que significa “superimposición”
o “adhyarupa” ? Caminando en la oscuridad un día
uno confunde una cuerda con una serpiente. En realidad existe
solo una cuerda, pero la mente proyecta o “superimpone”
algo que no existe y que es su propia creación, que
es la serpiente, sobre una realidad que es la cuerda. En la
ignorancia de la realidad, esta serpiente se experimenta y
vivencia como real, generando reacciones emocionales (miedo)
y físicas (aumento de la presión sanguínea,
pulso, adrenalina), pero al llevar la luz se reconoce que
nunca existió tal serpiente y que siempre hubo solo
una cuerda. En ese momento el miedo y sus síntomas
desaparecen y la persona recupera la calma.
Entendiendo este punto, entonces podemos
comenzar a comprender como funciona la astrología.
Cuando miramos el mundo exterior, en realidad lo que estamos
haciendo es como mirar la propia mente en un espejo. Todo
lo que te ocurre en la vida, las formas, personas, objetos,
incluido el propio cuerpo, son una proyección de la
mente que ha tomado una forma más densa a la que le
llamamos “material”.
Si bien se discute entre algunas escuelas
vedanticas sobre la realidad o no del universo material, de
todos modos su verdadera naturaleza (cuerda) no es lo que
nosotros percibimos en ella (serpiente) sino que lo que cada
uno percibe como la realidad material es la superimposición
de sus impresiones mentales (Vasanas) sobre el sustrato de
la realidad.
Para entender más esto, por favor
refiéranse a mi artículo: “creación,
cuerpo y mente” .
Debido a que la mente está en un estado extrovertido,
siempre buscando hacia afuera, no es capaz de entender que
todo es una proyección de lo que está en nuestra
mente inconsciente.
En realidad no existe lo “exterior”
e “interior” sino que es la misma mente la que
crea este concepto.
De esta manera, cada objeto experiencia
que tenemos es reflejo de una parte de nuestro mundo psíquico.
Diferentes tipos de actividades psicológicas, diferentes
tipos de deseos y emociones, se manifiestan como diferentes
tipos de personas que conocemos, objetos que “poseemos”,
la naturaleza que nos rodea, etc. y la experiencia de placer
o dolor que obtenemos de estas.
Estos objetos y experiencias pueden ser
de placer, dolor, mixtas o neutras. Eso depende de la naturaleza
de la mente, el tipo de pensamientos más positivos
o negativos que predomina, así como los karmas creados
en innumerables vidas previas.
Debido a esto, cada individuo tiene una
experiencia subjetiva del mundo material, cada uno percibe
o experimente el mundo material de una manera diferente, aunque
a veces coincidimos en algunas percepciones y en otras no.
Algunos viven predominantemente en un estado de alegría.
Otros sin embargo viven un infierno en esta misma tierra.
Unos sienten la vida como una bendición, otros como
una maldición, otros como una mezcla de las dos cosas.
Esto depende del karma y tendencias mentales de cada uno.
Las alegrías, bendiciones o desgracias
de nuestra vida no ocurren por mera casualidad, sino que son
simplemente las manifestaciones visibles de lo que hay en
nuestra mente en un nivel más inconsciente. Pero al
vivenciarlas exteriormente nos hacemos conscientes de ellas,
aunque en el estado común de consciencia no entendemos
la conexión entre las dos cosas.
Para entender esto un poco mejor usare
la analogía del cine: El mundo que percibimos, es como
una película que nuestra mente proyecta. Cada persona
vive en una película, en la cual él o ella es
el principal protagonista. Todo tipo de dramas ocurren en
esa película, lo que nos hace experimentar todo tipo
de emociones, atracción, repulsión, alegría,
tristeza, etc.
Para poder ver una película tiene
que haber una condición fundamental en el cine: Hay
que apagar las luces de la sala!. Si en medio de la película
alguien enciende todas las luces, entonces la película
desaparece y solo se ve una pantalla y un proyector y la ilusión
de la película desaparece.
A veces la película que percibimos
es una película de terror, aparece un sátiro
asesino o un monstruo y el espectador experimenta miedo y
terror. Otras veces la película es romántica,
otras veces es cómica, todo esto nos genera diferentes
emociones. Estas emociones afectan nuestro flujo de prana
en los Nadis y chakras, esto a la vez genera efectos en nuestro
cuerpo físico, como cambios en la presión sanguínea,
en el pulso cardiaco, en la espiración, músculos
que se tensan o relajan, se segregan diferentes tipos de hormonas,
etc.
En esta analogía, el proyector
de la película es nuestra propia mente inconsciente
en forma de Vasanas y el espectador de la película
es la mente consciente. El proyector proyecta luz, la cual
consiste en una mezcla de 3 colores básicos, rojo,
azul y amarillo. Esta luz compuesta de combinación
de 3 colores es la Maya, los 3 colores son los 3 Gunas, rajas
tamas, satva. De la combinación de estos 3 colores
se crean toda la gama de colores existentes y las formas de
la película. De la combinación de las 3 gunas
en diferentes proporciones se crean los diversos objetos.
La película que vemos son las impresiones creadas en
nuestra mente por nuestro karma pasado y que yacen en el subconsciente
en forma de Vasanas. El que la película sea más
de terror o más de alegría, es una manifestación
de nuestro karma malo y bueno creado en el pasado.
Detrás del proyector hay una persona,
el operador de la máquina, que sabe cómo usarla
y que película poner cada vez, en cada horario y en
casa sala. Este operador es “ISHWARA” o Dios mismo.
Él es quien distribuye las películas, pero en
realidad somos nosotros los que ya hemos comprado la entrada
al cine y elegimos que película queríamos explorar.
Ishwara solo nos da el fruto de lo que nosotros elegimos.
De esta manera cada uno de nosotros, por nuestro libre albedrío
hemos tomado diferentes decisiones en el pasado, hemos hecho
determinadas opciones y acciones que han causado bienestar
o dolor a otros. En base a eso Dios ordena nuestros karmas
y los pone en un formato para ser experimentados. (El hace
esto mandándonos a nacer cuando los planetas o Grahas
están en determinada posición) Es Ishwara quien
distribuye el karma a todos los seres.
La suprema inteligencia y omnisciencia
de Ishwara es tal que puede coordinar para que todas las personas
que tienen un karma similar vean la misma película
a la vez. O de que dos personas experimenten ante una misma
situación uno la ganancia y el otro la perdida, porque
sus karmas eran opuestos pero complementarios. Por ejemplo,
tal vez una persona A robo a una persona B en la vida pasada.
Ahora, como por casualidad la persona A va por la calle y
aparece la persona B que le roba. Ninguno de los dos es conciente
de porque se encontraron de esa manera, pero Ishwara si lo
es y el o ha organizado. De esta manera experimentamos una
realidad colectivamente que esta formada por la interacción
de todos nuestros karmas individuales. Por qué dos
personas están viendo y experimentando lo mismo en
un determinado momento? Es porque tienen un karma común
el cual los lleva a conocerse y estar en el mismo momento
a la misma vez y en la misma circunstancia. Entonces, todo
un pueblo puede sufrir la miseria de una guerra, o disfrutar
de un país próspero o de un país opresor,
o estar en la misma cárcel a la misma vez, o de estar
celebrando y disfrutando de la misma fiesta a la vez, etc.
Nada de esto es casualidad, sino que todo es ordenado y coordinado
por el poder y suprema inteligencia de Ishwara, basado en
el karma de cada uno.
He aquí que cuando los Rishis meditaron
en esto en profundidad, observaron que cada cuerpo en el cielo
es un símbolo de diversas dimensiones de la mente o
lo que el psicólogo Carl Young llamaba “arquetipos”
de la mente inconsciente.
Y dentro de todos estos objetos celestes,
hay especialmente 9 que los Rishis llamaron los 9 “Grahas”
o planetas, o mejor dicho seria “cuerpos celestes”
cuya posición y relación mutua corresponden
con nuestros karmas y que son los que manifiestan todo lo
demás.
La palabra sánscrita Graha significa
“agarrar”, “sujetar”. Se les llama
Grahas a estos 9 planetas debido a que son los que nos “agarran”
o sujetan a experimentar los frutos de nuestro karma individual.
En realidad, de acuerdo a la explicación de los Rishis,
estos Grahas son en realidad los instrumentos o manifestaciones
de Ishwara para distribuir el karma.
Estos Grahas son quienes gobiernan o dirigen
el proceso de la creación y la evolución, transformación
y combinación de los elementos tanto en el macrocosmos
como en el microcosmos, cada uno de ellos especializándose
o encargándose de un área de nuestro karma en
particular y dirigiendo los elementos, los 5 tanmatras y 5
mahabhutas en su proceso de transformación, que hemos
analizado en el artículo creación,
mente y cuerpo.
Los Grahas, tienen todos una función
beneficiosa para el mantenimiento del dharma en el universo
y para nuestra propia evolución, aun os llamados planetas:
maléficos” son en realidad fuerzas positivas
Divinas, instrumentos que Ishwara utiliza para mantener el
dharma y destruir el adharma y mostrar el camino correcto
a seguir.
Cada vez que uno hace una acción
adharmica o incorrecta o lo que llamamos pecado, crea una
relación enemiga con alguno de estos Grahas. Estos
grahas entonces en vez de brindar su energía positiva
se transforman en aparentes enemigos o castigadores de la
persona. Y cada vez que uno utiliza estas energías
para acciones Dharmicas o rectas, que producen beneficio al
plan divino, los Grahas correspondientes se tornan más
favorables y amigos de uno.
De esta manera, puede verse al nacer cuales
planetas están ubicados en posiciones “auspiciosas”
donde bendicen a la persona con lo mejor de su característica,
y cuales están ubicados en posiciones “inauspiciosas”
lo cual refleja que uno ha mal utilizado esta energía
en el pasado y ahora esta energía se manifiesta como
un castigador. De esta manera cada uno tiene una relación
personal, más o menos amigable con cada uno de estos
Grahas, y estos en el momento apropiado devolverán
a la persona lo que esta sembró en al pasado. Estudiando
el movimiento de los Grahas podemos incluso predecir cuando
estos resultados se manifestarán.
De esta manera, mencionaré brevemente
algunas de las funciones gobernadas o dirigidas por cada planeta,
pero para ver más detalles pueden referirse a mi artículo
“El significado
de los planetas” .
El Sol representa al
Alma o Atman, quien es el testigo de todo, el centro de todo,
la pura consciencia del Ser el verdadero uno mismo. Pero mientras
que uno está en el estado de ignorancia, el sol se
manifiesta como el ahankara o ego individual. También
gobierna sobre la salud y la energía vital o prana.
Rige también sobre el elemento fuego y la energía
y actividad. (También Marte afecta estas áreas).
El sol destruye la materia para transformarla en energía
luz, (así como el fuego quema el combustible de una
lámpara para transformarla en calor y luz). Representa
la energía penetrante, hacia afuera, masculina, gobernante
o autoritaria, el rey o centro de poder, es predominante durante
el día. Es caliente y activo.
La Luna es el polo opuesto
al sol, Esta gobierna las funciones y actividades de la mente
en general y el aspecto Manas en particular. También
gobierna todo lo relacionado con nutrición, alimentación,
el agua y los líquidos, la madre, lo femenino, el principio
receptivo y restaurador. Es refrescante y ayuda a equilibrar
el exceso de energía calorífica del Sol y predomina
durante la noche.
Marte gobierna el elemento
fuego y todo lo que es energía y acción, así
como la digestión y la visión, ambas relacionadas
con el elemento fuego. Es el guerrero, la capacidad de luchar
contra la adversidad y defender el dharma. Si se mal utiliza
atrae violencia y destrucción.
Mercurio gobierna el
aspecto Buddhi o intelecto de la mente así como la
comunicación, el elemento tierra y el y la experiencia
olfativa.
Júpiter gobierna
el elemento éter o espacio y la experiencia auditiva.
También representa al Gurú o maestro, la sabiduría
y el dharma.
Venus gobierna el elemento
Agua y las experiencias a través del sentido del gusto.
Rige también sobre los órganos urinarios, la
sexualidad, el arte y el placer.
Saturno gobierna sobre
el elemento aire y la experiencia a través del tacto.
También gobierna sobre la experiencia del dolor y el
sufrimiento, así como la fortaleza y resistencia ante
él. Gobierna también sobre la longevidad.
Rahu gobierna sobre lo
deseos subconscientes, los miedos y el lado sombrío
de la mente, así como la búsqueda de lo desconocido
o secreto.
Ketu gobierna sobre memorias
del pasado y el subconsciente también, pero más
relacionado con los rechazos e insatisfacciones. Gobierna
también sobre la búsqueda de liberación
del sufrimiento y samsara y logro de Moksha.
Además de estas mencionadas, hay
muchas más funciones y experiencias gobernadas por
cada planeta.
De estos planetas, en jyotish el más importante de
analizar y entender es la Luna y su interacción con
el Sol y los demás planetas, ya que esta representa
la mente, y como hemos visto, todo el universo que percibimos
es una proyección externalizada de lo que hay en la
mente.
De hecho el calendario védico o
Panchanga está basado en la posición de la luna
en el cielo y su relación con el sol.
Analizando la posición de la luna
en el momento de nacer podemos comprender cuales son las tendencias
mentales, los samskaras que se traen a esta vida ya al nacer.
Lo primero que observamos en la luna es
que esta crece y decrece en su proceso creciente y menguante.
Esto hace que la luna refleje más o menos luz.
El sol representa al Atman, es la fuente de luz. Esta luz
es reflejada en la mente y manifestada luego en las experiencias
concretas. Durante la luna nueva o Amavasya, la luna no refleja
la luz del sol y el reflejo es máximo durante la luna
nueva.
El ciclo cambiante de la luna hace que
haya un flujo alternante entre el Sol y la luna. Durante el
día predomina la energía solar, durante la noche
la lunar. Durante la fase creciente de la luna predomina la
energía lunar, y durante la menguante la Solar. En
el verano predomina El Sol, en el invierno la luna.
A la vez si dividimos el día y la noche en porciones
veremos que a ciertas horas predomina más el sol, a
otras la luna.
De esta manera estas energías forman diferentes ciclos
y sub-ciclos.
Estos ciclos influyen sobre nuestra respiración
y flujo de prana en los Nadis. Los dos principales Nadis son
el Ida y el píngala, que corresponden con el lado izquierdo
y fosa nasal izquierda (ida) o lado y fosa derecha (píngala)
La alternancia de las energías solar y lunar exteriores
influencia sobre la alternación de la respiración
por las fosas nasales y la activación de los Nadis
solar o lunar, así como del proceso de inhalación
y exhalación (prana-apana).
La alternancia entre ida y píngala
y entre la inhalación y exhalación es como el
pedaleo de una bicicleta, o la subida y bajada del cigüeñal
de un motor. Esta es la que pone en funcionamiento a la naturaleza
extrovertida de la mente y da lugar a los diversos Vrittis,
pensamientos o agitaciones de la sustancia mental.
El maestro Swami Sivananda
explico bien esto:
“Uno
debe tener en mente que la Luna ejerce una poderosa influencia
sobre la mente humana.
En el Purusha Sukta encontramos: -Chandrama Manaso Jatah-
La Luna nace de la mente del Virat Purusha o Ser cósmico.
En el cosmos la Luna es controlada por la mente cósmica.
Siendo la mente individual una partícula de la mente
cósmica, tiene por lo tanto una conexión con
la Luna y se siente controlada por ella.
Cuando la Luna crece o mengua, su conexión con la mente
también fluctúa y entonces surge una reacción
por simpatía en la mente.
De ahí la relación entre el flujo de la respiración
con los días Lunares o Tithis.”
Swami Sivananda
Aparte del ciclo lunar debemos observar
en que parte del cielo está la luna, vista desde la
tierra. De ello la podemos ubicar delante de un determinado
Rashi o constelación (las constelaciones o “signos”
del zodiaco) y a la vez en una determinada Nakshatra o estrella
dentro de la constelación.
Esto nos dará la información
de que influencias tiene esta luna, de que “colores”
esta teñida, que tipo de energía estará
reflejando, o mejor dicho de que manera estará influyendo
sobra la luz que refleja.
Para entender esto usemos un ejemplo. Si yo miro hacia una
pared blanca, veo todo blanco. Pero si me pongo unos anteojos
de color verde, entonces veré la pared verde. Si me
pongo anteojos azules entonces veré la pared azul.
Si nos anteojos están rayados o sucios no podré
distinguir bien la pared o la veré deformada.
De esta manera la luna o sea nuestra mente,
es los anteojos con que percibimos al mundo. El universo no
es más que luz, pero cada mente individual la percibe
de una manera diferente de acuerdo a que tinte tiene su mente.
Si la mente esta oscurecida o nublada, veré todo lo
negativo y horrible del mundo. Si la mente está más
limpia y despejada, veré y atraeré lo más
positivo del mundo. Entonces de acuerdo a la ubicación
de la luna en el cielo, esta se “tiñe”
de cierto color, “vibra” en cierta longitud de
onda, lo que nos hace percibir el mundo de una manera característica.
Aparte de la influencia del Signo o Rashi
y la Nakshatra, están las influencias de los otros
planetas. Los otros Grahas pueden estar influenciando la luna,
bien se mediante la conjunción, cuando están
muy cerca de ella, o mediante los llamados “Drishtis”
que se traduce como “mirada” es lo que comúnmente
llamamos los “aspectos planetarios” (diferentes
a los usados en la astrología occidental).
A la vez la ubicación de los otros
Grahas con respecto a la luna, o sea si están en la
segunda casa desde la luna o tercera casa, etc., estos ejercerán
una influencia determinada sobre ella, o sea sobre el “tinte”
de nuestra mente, que nos hará percibir el mundo de
una manera particular y es lo que se transforma en las experiencias
varias que tenemos en la vida.
Todo esto funciona mediante leyes específicas,
reglas y conocimientos técnicos que requieren de un
estudio dedicado para poder utilizarlas y aplicarlas, y de
eso consiste la ciencia del Jyotish o astrología.
Entonces, nacemos en un determinado momento donde la luna
y los demás planetas están ubicados en una posición
que corresponde específicamente con el karma que traemos
del pasado.
Pero luego los planetas continúan
su movimiento y van cambiando de lugar. Estos cambios de lugar
hacen que los planetas coincidan o se superpongan con determinadas
secciones del cielo del momento en que nacimos. A esto se
le llama “tránsitos planetarios”. Estos
tránsitos hacen que los diferentes karmas con los que
nacimos pero que estaban dormidos o latentes, se despierten
y manifiesten sus resultados en forma de experiencias concretas.
Además de los tránsitos existen varias otras
técnicas para calcular cuando se activaran o manifestaran
los diferentes karmas y de qué manera.
Pero no olvidemos una cosa:
En realidad, no es que los planetas influencien
sobre nuestra mente, sino que los planetas son indicadores
de lo que ya existe en nuestra mente al nacer, nuestras tendencias
y karmas. Y sus movimientos y ciclos controlan cuando experimentaremos
sus efectos, cuando es que se darán las diferentes
escenas de la película que proyecta nuestra mente inconsciente.
Volviendo a la analogía del proyector
y la película, si el proyector es la mente y el drama
de la película la manifestación de nuestro karma,
los Grahas podrían compararse a las piezas con las
que está hecho y funciona el proyector, los elementos
que permiten al operador proyectar la película, como
ser, la lámpara, el film, los carretes, los engranajes,
motor, el lente, etcétera.
Pero, por detrás de todo, si encendemos
la luz, veremos que la única realidad permanente es
la pantalla.
La pantalla es el Param-Atman, el Ser
o Alma, la consciencia inmutable, el testigo de todo y sobre
la cual todo el drama se proyecta y sostiene, pero la pantalla
nunca es afectada por la película.
La luz de la sala de cine que nos permite ver la pantalla
y entender la verdadera naturaleza de la película,
es el Jnana o supremo conocimiento del Ser.
Solo en la oscuridad del cine la película
toma una aparente realidad.
Pero si hay fuego en la película
esta no quema a la pantalla ni al espectador. De esta manera
el Bhagavad Gita explica que El Atman o alma no puede ser
quemada, cortada, mojada, etc.:
Bhagavad Gita, II-23, 24,25
23. — Las armas no lo cortan, el fuego no lo quema,
el agua no lo moja y el viento no lo seca.
24. — A este Ser no se le puede cortar, ni qumar, ni
mojar, ni secar; es eterno, omnipresente, estable, inmóvil
y primordial.
25. — Se dice que este Ser es inmanifestable, impensable
e incambiable; sabiendo que es así, no debes lamentarte.
Hari Om Tat Sat
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